...¿Acaso no es una excelente noche para adentrarse en el conocimiento y los misterios que rodean a todo? Cuando el velo entre mundos se hace más fino, cuando los espectros se liberan y dejan danzar sus cuerpos etéreos, cuando la luz se retira dejando paso a las sombras. ¿No es acaso el mejor momento? ¿No te invade la curiosidad de saber eso que tanto quieres saber?...
“…Y así de fácil resulta ser. Un mero impulso, una ilusión de algo nuevo. La curiosidad que por tanto tiempo dominó al humano sigue condenando su alma a la búsqueda constante de algo nuevo. Y aquí te encuentras, ilusionado de conseguir tu regalo, como un cachorro exaltado ante la posibilidad de recibir comida de su dueño. Puede decirse que desde este momento podría ser tu dueño, porque en la vasta existencia de mi ser he logrado superar todo límite, todo conocimiento y aquellos que se encargan de custodiar el cosmo y todo lo que lo rodea, hace tiempo ya decidieron mi encierro. Por temor, por desconocimiento, por miedo a perderlo todo, a que la creación que tanto añoran y veneran se vea reducida a polvo, pues soy capaz de hacer eso con un simple pensamiento.
Así que reflexionaron, recapacitaron y mi condena fue reescrita, una vez cada cierto tiempo …el día en que la noche se hace más larga… me libero de mi encierro y se me permite tomar mi alimento, posesión de lo que más deseo. Y no hay cosa más maravillosa para mi que la propia existencia de un ser, su esencia, su vida… su alma.
Hoy tomo posesión de la tuya, lector. Y sentirás mi suspiro detrás, hasta que termine mi alimento. No importa a donde veas, lo que creas o no, te veo ahora en este preciso momento leyendo tu pantalla y el gélido escalofrío que recorre tu piel no es otro más que yo acariciándote.
Hasta que el sol se ponga me alimentaré…
Y siento tanto poder, tanta exaltación que no pienso volver. Hoy rompo mis cadenas, hoy rompo los lazos que me condenan.
Por que en ti me quedaré…y nunca jamás te abandonaré…”
